Sus grandes verdades:
- El clown es y siempre debe ser AUTÉNTICO.
- El clown es sincero y espontáneo.
- La mirada del clown es un espejo a través del cual vemos su interior y nuestro reflejo en él. Por tanto, es transparente. Sus intenciones se ven, incluso cuando intenta engañar.
- El clown es apasionado, todo lo siente y lo hace al 100 % de intensidad.
- El clown es complejo, es decir, está compuesto de multitud de elementos que conforman los múltiples rasgos de su personalidad, lo cual le confiere una gran riqueza expresiva y personal.
- El clown es creativo y la creatividad se manifiesta en su estado más puro ante las limitaciones.
Sus emociones:
- De entre todas las emociones que habitan en un clown, una es imprescindible: la ternura.
- Las emociones del clown son su plataforma de acción, es decir, detrás de cada acto hay una emoción que lo motiva.
- En el registro emocional de un clown, éste puede pasar de un estado a otro con la misma rapidez que lo sienta dentro de sí.
- El clown no es consciente de exagerar. Si lo hace, es debido a su apasionamiento, que le hace creer en la veracidad de su exageración.
- El clown tiene una buena autoestima. Cree en su inteligencia, aún cuando ésta le traicione, lo cual ocurre con bastante frecuencia.
- El clown es un ser vulnerable pero no frágil. Al contrario, casi siempre animoso y positivo frente a las dificultades.
Su relación con el exterior:
- El clown es curioso ante el mundo que le rodea.
- El clown no busca problemas. Se los encuentra constantemente y ello le moviliza.
- El clown no intenta provocar la risa, tan sólo espera el cariño del público. La risa se produce como consecuencia del choque entre su espíritu y su lógica, por un lado, y los de la sociedad y los demás, por otro.
- El clown no pretende divertir sino divertirse. La diversión del público viene por añadidura.
- El clown juega constantemente. Es su manera de explorar, de aprender, de conocer, reconocer y relacionarse. Es su forma de vivir.
Sus dualidades:
- El clown condensa en sí mismo a Don Quijote y Sancho Panza. Es idealista y pragmático. Soñador y realista.
- El clown es persona de grandes proyectos y objetivos, pero en el camino suele encontrar pequeñas cosas que atraen su atención y se convierten en prioritarias.
- El clown puede ser blando o duro, fuerte o débil. Todo depende de su estado anímico, sus motivaciones y su soledad o compañía.
Su lenguaje:
- En la manera de expresar del clown, una imagen vale más que mil palabras, aunque una frase corta a tiempo explica más que mil gestos excesivos.
- En el clown, la comprensión y utilización del lenguaje es lógica y primaria.
Su lado oscuro:
- El clown no insulta, expone sus opiniones y/o emociones a través de palabras que juegan ese rol. En su boca, cualquier palabra puede cumplir ese objetivo: cantábrico, entelequia, tontornillo, raciocinio, pinacoteca, toliliputiense, etc.
- El clown no transmite violencia... ni cuando agrede.
- El clown puede conducirse de manera cruel, siempre y cuando se produzca un efecto distanciador de dicha crueldad para el que mira: inconsciencia al hacerlo, exageración al imaginarlo, excentricidad en la forma de realizarlo, rectificación inmediata...
Sus acciones:
- En la manera de comportarse del clown, no existen tonterías. Todo lo que hace tiene una justificación, la suya. Eso convierte cualquiera de sus actos, incluso el más absurdo, en normal.
- El clown permanece en constante estado de máxima sensibilidad, es decir, exento de la obligación de tener que hacer algo, y atento a cualquier percepción que le catapulte a hacer.
- El mundo de los payasos gira en torno a sus dificultades y cómo resolverlas. El clown siempre encuentra solución a cualquier problema, su solución clown. Esto es, impensable para cualquier otra persona, pero satisfactoria para él y coherente con su forma de ser.
- Ser clown significa estar clown. Percibir, sentir, accionar y relacionarse desde un estado payaso, que consiste en estar contigo mismo, tendiendo un puente hacia los demás a través de la mirada. El estado payaso es la suma de todas las particularidades que conforman esta Poética.
Del libro El Clown, un navegante de las emociones, de Jesús Jara