—Llueve, y la gente se esconde en un portal...
Él, orillando silencios, duerme en los extravíos de su ausencia (la de él). Ausente y taciturno, pierde la brújula, el astrolabio y los cruces de rieles, ido, perdido, ensimismado.
—Nadie que me diga si vives aún
La tarde parda, plena de augurios, se mece, pedalea en el fangal de la nada que se enseñorea sobre ella. La tarde desfallece y se adormece en deshojadas ramas, la tarde gris que gira sobre ningún eje mientras ella piensa y apura, lenta, lentamente, su vino o licor de menta sin espíritu sin ganas, mientras la radio canta una canción dolida y dolorosa.
—Yesterday all my troubles...
Él se fue ayer y el tiempo hace olas que empujan los recuerdos por los canales de la noche que se crece y se enseñorea en sus pensamientos (los de ella) que se duele y se ahoga en el vino o las penas.
R.R.S.
Él, orillando silencios, duerme en los extravíos de su ausencia (la de él). Ausente y taciturno, pierde la brújula, el astrolabio y los cruces de rieles, ido, perdido, ensimismado.
—Nadie que me diga si vives aún
La tarde parda, plena de augurios, se mece, pedalea en el fangal de la nada que se enseñorea sobre ella. La tarde desfallece y se adormece en deshojadas ramas, la tarde gris que gira sobre ningún eje mientras ella piensa y apura, lenta, lentamente, su vino o licor de menta sin espíritu sin ganas, mientras la radio canta una canción dolida y dolorosa.
—Yesterday all my troubles...
Él se fue ayer y el tiempo hace olas que empujan los recuerdos por los canales de la noche que se crece y se enseñorea en sus pensamientos (los de ella) que se duele y se ahoga en el vino o las penas.
R.R.S.